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MUCSET, cuenta con el reconocimiento del INAH-MORELOS como sociedad coadyuvante en la protección, conservación, restauración y difusión del patrimonio cultural, EL COMITE, le dan la más cordial bienvenida, mostrando así la historia del pasado de Tetelpan y de lo que hoy conforma el Municipio de Zacatepec, Morelos., Museo entregado a las autoridades: Ayudante Mpal. Sr. Alvaro Noguerón y al Departamento Jurídico de INAH Morelos. Atte: ADMON 2013.
A partir de Septiembre de 2013 DIFUNDIMOS LA CULTURA COLECTIVA! a través de Museo Vivo (VIRTUAL) TWITER: MUSEO VIVO TETELPA @MUSEOMOR

viernes, 10 de octubre de 2014

EX HACIENDA DE COAHUIXTLA, CIUDAD AYALA, MORELOS. BELLO Y ESPECTACULAR EDIFICIO DE PATRIMONIO CULTURAL QUE VECINOS Y AUTORIDADES CUIDAN PARA LA PROMOCION TURISTICA Y CULTURAL DEL HISTORICO MUNICIPIO DE CIUDAD AYALA.


La Hacienda de San Antonio Coahuixtla empieza su existencia con la fundación del Trapiche de tracción animal a cargo de los Frailes Dominicos en el año de 1580. La Orden de Santo Domingo pagó $ 1,185.00 pesos por el ingenio fundado en los terrenos de los habitantes de Anenecuilco.
Dicha construcción estuvo a cargo del fraile Alberto Garnica, quien muere en la hacienda en 1597. Durante el tiempo que el trapiche estuvo a cargo de los Dominicos  la propiedad sigue creciendo y en 1643 hacen una expansión con un rancho y estancia de ganado mayor.
La hacienda continuo bajo la tutela de los Dominicos hasta el S XVIII y es a finales del año de 1732 cuando la hacienda  deja de pertenecer a la orden de los Dominicos e inicia una etapa de cambios continuos.

Para el año de 1732 los Frailes Dominicos dejan de ser los dueños del trapiche y la propiedad, es adquirido por Francisco de Rivas, época en que el crecimiento de la hacienda empieza a tener magnitudes considerables, provocando el descontento de los habitantes de Anenecuilco; quienes habían donado a los frailes los terrenos para la construcción  de la misma y se quejaban de estar oprimidos por la presencia de la factoría que había llegado  a adquirir[E1]  proporciones gigantescas.
Las expansiones territoriales siguieron y así vemos que en 1743 los habitantes de Anenecuilco alegaban estar siendo estrangulados entre este feudo, el mayorazgo de Salgado, el antiguo trapiche que luego floreció como beneficio de metales de Mapachtlán y Mortero, reclamando angustiosamente la restitución de su fundo legal de 600 varas hacia los cuatro puntos cardinales.

Para 1790 la hacienda había crecido de tal forma que en el censo de la época se cuentan 512 habitantes. Para 1870 vemos que esta hacienda no había modernizado sus técnicas de producción y seguía teniendo una mayor producción de mieles que de azúcar, pues en este año elaboró 34,600 arrobas (397.9 toneladas) de azúcar  contra 67,000 arrobas (770.5 toneladas) de miel de la cual una parte se vendía localmente   y otra se convertía en aguardiente, lo que daba para pagar los gastos; la utilidad venia de la venta del dulce en su mercado principal que era la Ciudad de México. En 1870, la hacienda todavía producía azúcar por el procedimiento de “fuego directo” que consistía quemar el bagazo de la caña para producir el fuego que se aplicaba al fondo de los calderos o tachos.

En 1874 la propiedad pasa  por etapas de cambios muy importantes y es adquirida por un comerciante de origen español, que radicaba en el Distrito Federal, Manuel Ramón Cortina Mendoza. Quien de inmediato se hace cargo de la propiedad y pasado algún tiempo bajo su administración   ve aumentada la producción de azúcar de manera considerable debido a la transformación de maquinaria centrifuga  a vapor que llego a traer  del exterior, también se contaba con una enorme grúa que llevaba la caña hasta la báscula y un aparato que la conducía hasta el trapiche. Para estas fechas la propiedad tena ya un valor fiscal de $ 270,000.00 pesos. Por otra parte la construcción  de ferrocarriles elevo la renta de la tierra y el valor de las fincas rústicas próximas a las nuevas vías de comunicación.

La modernidad de nuevas vías de comunicación  ferroviarias atraídas durante el gobierno del General Porfirio Díaz, tuvieron cauce dentro de la Hacienda de San Antonio Coahuixtla, la cual era utilizada para la salida del producto, así como se tendió una vía ferroviaria de 5 kilómetros que se enlazaba con el ramal del ferrocarril Interoceánico que seguía hasta Cuautla, siendo inaugurado el 8 de diciembre de 1881. El gobernador Carlos Quaglia debió haber tenido intereses en esta hacienda como lo  demuestra la denuncia para la adjudicación  de “huecos y demasías”    presentada en 1885, por él y Manuel ramón Mendoza Cortina de la hacienda de Coahuixtla. Con todos estos cambios tecnológicos, para el año de 1887 era considerada una de los ingenios más importantes de la República Mexicana y el primero por su maquinaria, su magnitud era tal que contaba también con una fábrica de aguardiente.
En 1886 Manuel Ramón Mendoza Cortina vende la hacienda de San Antonio Coahuixtla a sus sobrinos Remigio e Iñigo Noriega Laso, quienes conformaban una unión comercial  bajo el nombre de “Sociedad Remigio Noriega y Hermano” Después de algún tiempo en la administración de la Hacienda y otras propiedades deciden separarse comercialmente los hermanos Noriega, siendo Remigio que se queda como dueño de las propiedades que tenían en común los hermanos  y decide vender algunas de sus propiedades entre ellas la Hacienda de San Antonio, Después de algunas negociaciones Remigio Noriega Laso vende la Hacienda de San Antonio Coahuixtla a los hermanos Manuel y Joaquín Araos.

Los hermanos Araos nuevos dueños de la Hacienda continuaron con el afán de crecer más y avanzaron sobre las tierras de los pueblos para lograr así una mayor área de cultivo. La producción continua en aumento y para 1900 se convierte en la hacienda de mayor producción y el latifundio aumenta hasta llegar a contar con 9,663 hectáreas; este crecimiento continua y los hermanos Araoz preocupados por seguir así compran maquinaria nueva, que es traída de Alemania con un costo de 350,000 dólares; en este año la propiedad se llegó a valuar en $ 1,280,000.00 pesos siendo el año de 1903 el de mayor importancia de la producción  de la Hacienda de San Antonio Coahuixtla, pues se logra una producción superior, la cual le permite exportar el azúcar al exterior, Según el Censo de Población de 1910, había en el país 840 hacendados, sin lugar a duda eran los dueños de la mayor parte del territorio nacional, siendo de los más ricos e importantes de todo el país los hermanos Manuel y Joaquín Araoz con su Hacienda de San Antonio Coahuixtla.
En el año de 1910 se inicia la Revolución Mexicana protagonizada por campesinos y que tiene muchos adeptos en Morelos, dirigidos por Emiliano Zapata (originario de Anenecuilco), aparentemente en aquel año para la hacienda la Revolución no se había hecho presente, ya que seta continuaba trabajando con normalidad, pese a que todo en el Estado había un clima de alarma por los sucesos que estaban ocurriendo en todo el país, Para 1911 esta hacienda era sin lugar a dudas una de las haciendas más importantes del Estado de Morelos.
Los progresos tecnológicos no cesaron hasta 1913, año en el que finalmente los problemas revolucionarios empiezan a hacerse sentir, Las tierras de la Hacienda de San Antonio fueron de las primeras en ser afectadas por el reparto agrario producto de la Revolución; y así las tierras propiedad de esta hacienda quedaron destruidas en 12 ejidos, Ayala, Anenecuilco, Apatlaco, Otilio Montaño, Cuautla, Huesca, Zahuatlán, Mexquemeca, Gabriel Tepepa, Yecapixtla, Cuautlixco y Atlatlahucan, que dándole el casco de la Hacienda de San Antonio tan solo 73 hectáreas.
Para 1914 Victoriano Huerta mete a la cárcel a varios hacendados, entre ellos se encuentra Manuel Araoz. Los ingenios permanecieron parados durante el lapso de 1913 a 1915 siendo este último año cuando Emiliano Zapata no estaba de acuerdo con eso e hizo que de nueva cuenta las Haciendas especialmente la  de San Antonio Coahuixtla, continuaran funcionando y produciendo bajo estrictas reglas. Al concluir el movimiento de la Revolución Mexicana los hacendados continúan con sus propiedades pero con significativas restricciones; entre ellas la repartición de sus tierras para la creación de nuevos poblados independientes.

Manuel Araoz apela en 1927 por la expropiación de su hacienda, pero no logra nada, Y en 1928 se aumenta la dotación  de tierras de la Hacienda de San Antonio a Villa de Ayala, De las 9,963 hectáreas con que llego a contar la hacienda, finalmente solo conserva 6 hectáreas.
DESCRIPCION QUE CONFORMAN LA HACIENDA DE SAN ANTONIO COAHUIXTLA
Una vez en el interior del Casco de la Hacienda se pueden apreciar cinco diferentes zonas que conforman la Hacienda.
El Ingenio, La Casa Grande, La Fábrica de Aguardiente y Tienda de raya, Los Talleres, Establos, Caballerizas y Macheros.
Debido a la importancia del agua para regar las tierras y su valor como fuerza motriz, la Hacienda de San Antonio Coahuixtla corresponde a la cuenca del rio Cuautla – Chinameca.
El Casco de la gran Hacienda de San Antonio Coahuixtla estaba rodeado por una barda perimetral de altos y solidos muros protectores apuntalados cada 3 metros por robustos contrafuertes de piedra.
Enfrente de la actual entrada a la hacienda, podemos encontrar el Ingenio, esta importante zona fue constantemente transformada desde sus inicios con su primer trapiche, traído por los Frailes Dominicos. Transformaciones que fueron necesarias para lograr los objetivos de producción de determinado periodo. Una de las fachadas principales del Ingenio se encuentra fachada de lo más alto con el año  de 1895 se cree que fue mandada  a construir esta parte por los entonces dueños los Hermanos Araoz.
También podemos observar que los gigantescos muros  que los sostienen todavía se encuentran de pie. Ya que están reforzados con vigas de acero que sirvieron para sostener los grandes artefactos industriales.
Pegada a la zona del Ingenio y cerca de la entrada principal,  se encuentra La Casa Grande, esta área tuvo diferentes etapas constructivas. La primera obedeció al trapiche fundado  por los Dominicos y las siguientes a las etapas de crecimiento que van desde el Siglo XVI hasta el Siglo XVIII. En la casa podemos encontrar arquería en casi toda la construcción  tanto en la planta baja como en la superior, además en la fachada se encuentran varios ojos de buey que servían como ventilación y entradas de luz. En la casa del propietario se podía disfrutar de todas las comodidades. Amueblado todo con lujo sin escatimar un real, a este recinto se entraba o se salía por dos puertas enormes cada una con su respectivo portero. Que estaba siempre armado, un hombre de confianza y buena conducta.
La casa del administrador tenía todo lo necesario para una familia de clase media acomodada. Las demás casas del personal de confianza estaban en relación  con la categoría administrativa  y social de los ocupantes. A unos quinientos metros del casco  de la Hacienda se levantan las habitaciones  de los peones, casuchas construidas de adobe, pedazos de tabla o ramas de árbol. Todas estas eran propiedad de la Hacienda y hacendado.
En el suroeste de la hacienda  podemos encontrar lo que quizá fue Fábrica de Aguardiente. Es la que se encuentra en mejor estado de conservación. Esta fábrica era de menores proporciones que la destinada a la producción de azúcar  ya que este era un subproducto. Los muros todavía se conservan en su mayoría a sus alturas originales.
La Tienda de raya que era una parte donde estaba la fábrica de aguardiente desempeñaba un papel importantísimo, allí se vendía al peón  y a su familia: maíz, frijol, manta, jabón, aguardiente, y por supuesto otras mercancías generalmente a precios más altos que los del mercado y no siempre de buena calidad. El jornal se pagaba con mercancía  y solo cuando sobraba un poco  solía completarse con moneda de curso legal, En la tienda de raya se llevaba al peón  cuenta minuciosa de sus deudas las cuales pasaban de padres a hijos  y jamás podían extinguirse entre otras causas y razones porque las necesidades  elementales del peón  y su familia no podían llenarse con el jornal.
Los talleres se encuentran cercas de los bebederos del ganado, los talleres que funcionarion en la hacienda fueron herrería, carpintería y alfarería. Siempre dedicados al mejor funcionamiento de la hacienda  en la mayor parte de esta área subsisten solamente algunos muros que no sobrepasan el metro y medio de altura y es lo único que se ha podido rescatar  de lo que debió haber sido una enorme zona de varios talleres.
A un lado de los talleres se encuentra el área destinada a los Establos, Caballerizas y Macheros este último era el sitio donde se guardaban  las sillas de caballos, tiros de carruajes entre otros elementos. En los establos había distintos tipos de ganado  algunos de ordeña y otras bestias de labor. Ahí mismo se encontraban los trojes donde se almacenaban pasturas. Algunos estaban techados. Otros tenían magníficos envigados.

La Iglesia. Los mitos que se han hecho respecto de esta zona  son diversos ya que algunos lugareños hacen mención que la iglesia fue enterrada y cerrada por una enorme puerta de madera que nadie ha podido abrir desde hace muchos años y que ahora nadie tiene acceso a ella. Otro de los mitos apunta de que posiblemente se encuentre cerca de la casa grande, ya que en esta zona podemos encontrar restos de lo que fuera una concha de piedra que debió haber sido una pila para agua bendita y también restos de pintura mural que hacen pensar que ahí se encontraba la capilla; pero solo para los patrones.

FUENTE: EL MUNICIPIO DE AYALA, APUNTES DESDE SU HISTORIA.
EDITH CORTES HERNADEZ.

MUSEO VIVO - DIFUNDIENDO LA CULTURA COLECTIVA!


Actualmente este bello y espectacular edificio es un gran tesoro que vecinos y autoridades cuidan para la promoción turística y cultural del histórico municipio de Ayala!  








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